Historia de la cofradía de
"Nuestra señora de la soledad y del santo entierro de cristo"
FUNDACION DE LA HERMANDAD DEL SENOR SEPULTADO DE SANTO DOMINGO
Con el correr de los años la procesión del Señor Sepultado llegó a ser la más grande y solemne de la capital. Hasta antes de la fundación de la hermandad, la procesión estaba a cargo de la Cofradía de la Virgen de Soledad y del Santo Entierro cuyo patronato estaba a cargo de la municipalidad capitalina, es decir, que todo lo referente a enseres, mobiliario, costos y organización del cortejo estaba a cargo y bajo la tutela de la comuna.
Así las cosas, el Prior del convento de Santo Domingo en 1852, fray Pedro Mártir Salazar, se dirige a las autoridades municipales y hace las siguientes consideraciones: “Que he sido invitado por algunas personas del vecindario para que bajo unas bases sólidas y estables se forme una Hermandad de la Divina imagen de Jesús Sepultado de nuestro convento, teniendo por objeto solemnizar en cuanto sea posible, no solo la procesión del Viernes Santo sino también la función de Nuestra Señora de Dolores que en otro tiempo era a cargo de ésta corporación.
No dudo que dicha hermandad se planteará de la mayor formalidad y que podrá subvenir a los gastos de las dos funciones indicadas, tanto por la actividad de los devotos que la promueven, como por la buena disposición que constantemente se ve en la población y porque se trabaja en reglamentar dicha hermandad de una manera que no solo los hermanos que la componen sean satisfechos de la justa inversión de sus limosnas, sino el público entero que verá anualmente el estado de sus ingresos que debe publicarse por la prensa para mayor satisfacción de las personas que compongan la junta.
Más para dar principio a ésta fundación sin que la Municipalidad entienda que se le exonera del patronato que reconoce y ha reconocido siempre en la imagen de Jesús Sepultado, ocurro: a ésta corporación suplicando se sirva conceder el permiso correspondiente para establecer la hermandad referida, así como al propio tiempo acordar, que si por algún incidente que no pueda preveerse llegase a desaparecer aquella, ésta corporación como hermana e interesada en el culto Divino, continuará como antes en su celebridad, de cuyo acuerdo pido tenga la dignación de mandar que por la secretaría se extienda certificación. Guatemala, mayo 3 de 1852. (f) Fr. Pedro Mártir Salazar, Prior” hay una rúbrica única.
Al día siguiente el alcalde G. Porras proveyó en el escrito disponiendo que el informe fuera rendido por el Regidor Pavón en concepto de comisión especial. El nombrado emitió dictamen favorable recordando siempre el patronato de la comuna y ésta última resolvió como sigue:
“Municipalidad. El reverendo padre fray Pedro M. Salazar, prior del convento de los religiosos de Santo Domingo, solicita a esta corporación la licencia correspondiente para formar una Hermandad de la Venerada imagen del Señor Sepultado y Nuestra Señora de los Dolores; ésta solicitud es consecuencia del patronato que la Municipalidad tiene en las festividades referidas, como es sabido, y aparece del escrito y del informe de la comisión especial nombrada por la corporación para este asunto. El síndico conoce la utilidad que resultará de la creación de la Hermandad proyectada y en vista de esto, y de los principios de justicia que arreglan el patronato en general, pide que la corporación, si lo tiene a bien, se sirva acordar:
1º. Que se conceda al reverendo padre fray Pedro M. Salazar la licencia que solicita para la creación de la Hermandad del Santo Sepulcro y de la Virgen de Dolores debiendo presentar a la corporación el reglamento o estatuto que se forme para el gobierno de la Hermandad a fin de que se apruebe o reforme en caso necesario y respecto de lo que tenga relación con el patronato mencionado, y 2º. Que por la secretaría se de al mismo padre Prior la certificación que solicita. (f)
G. Porras”. Hay una rúbrica.
Fray Pedro Mártir Salazar envía la siguiente nota, en la que avisa de la constitución de la primera directiva:
“Guatemala 26 de julio de 1852.- Señor secretario de la Municipalidad de esta corte. Tengo el gusto de participar por el honroso conducto de Ud. a esa corporación que el 18 del que cursa tuvo lugar en una de las celdas del convento de nuestro Padre Santo Domingo y con una numerosa concurrencia de personas convidadas para el efecto, la inauguración de la Junta de la Sociedad de Hermanos de las Divinas imágenes de Jesús Sepultado y su Santísima Madre, nuestra Señora de los Dolores, saliendo electos por unanimidad de votos: Para Presidente el que suscribe, para Vice-presidente don Julián Falla, primer hermano den Manuel Valle, segundo hermano don Antonio Gómez, primer síndico don Esteban Castro, segundo Síndico don Pablo Andrino, Tesorero don Manuel José Durán y Secretario don Domingo Yzaguirre. Concluido éste acto y habiéndose manifestado anuentes a admitir cada una de las personas nombradas su respectivo cargo, se les dio posesión en toda forma y enseguida la comitiva se dirigió conmigo a la Santa Iglesia, en donde se cantó un solemne Te Deum al Todopoderoso por la prosperidad y un buen acierto en la prosecución de aquella piadosa congregación; y el que suscribe con capa de coro rezó en la capilla respectiva las preces análogas a aquel augusto y memorable acontecimiento, suplicándole al Eterno fuera servido admitir los ruegos y súplicas de sus creyentes concediéndonos por tanto la prosperidad en su Santo servicio; así concluido este acto los concurrentes se despidieron. Lo que se servirá usted poner en conocimiento de esa corporación municipal, manifestándole al mismo tiempo que en la sesión de hoy se acordó declararle como socio de la misma Hermandad, pudiendo desde luego nombrar a una persona de su seno que deba concurrir a las juntas que se tendrán por ahora todos los segundos domingos de cada mes, con el fin de prestar con sus luces los auxilios convenientes a la prosperidad de ésta piadosa fundación, teniendo para el efecto voz y voto en dicha junta. También se servirá usted manifestarle que se espera de su actividad y celo tenga a bien dar sus órdenes a don Juan Valdés para que entregue por inventario al primer hermano las estatuas de los siete príncipes y demás útiles pertenecientes a las dos Ymágenes que existan en su poder como mayordomo que fue en otro tiempo, nombrado por esta municipalidad; todo con el objeto de que cuanto antes sean reparados sus menoscabos. Esta ocasión, señor secretario, me proporciona la de ofrecerme de usted su afectísimo Capellán. (f) Fray Pedro Mr. Salazar, Prior”.
La municipalidad acordó, el día 27, contestar en términos satisfactorios al Regidor Pavón y al Síndico primero para Socios de la Hermandad y pidió al señor Juan José Valdés que entregara por inventario al primer hermano. Don Manuel Valle, las siete estatuas de los ángeles y todo lo perteneciente a la procesión del Santo Entierro.
LA MUNICIPALIDAD PRIMERA HERMANA
Este es el relato histórico de cómo un grupo de católicos visionarios buscaron a fray Pedro Mártir Salazar para fundar la hermandad que con el tiempo sirvió de modelo para otras asociaciones similares.